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Carencia hipotecaria: alivio temporal para tu préstamo inmobiliario

Alvaro G.
12.08.2024
10 min

Adquirir una vivienda es un sueño anhelado por muchos. Sin embargo, este paso crucial en la vida de una persona suele ir acompañado de un compromiso financiero importante: la hipoteca. Las cuotas mensuales, aunque cuidadosamente calculadas, pueden representar un reto para la economía familiar, especialmente durante los primeros años.

Es aquí donde la carencia hipotecaria se presenta como un posible aliado. Esta modalidad, ofrecida por algunas entidades bancarias, permite a los hipotecados disfrutar de un período de gracia durante el cual se aplaza total o parcialmente el pago de las cuotas.

En este artículo, nos adentraremos en el mundo de la carencia hipotecaria, descifrando sus características, ventajas e inconvenientes, y analizándola como una herramienta financiera que puede aliviar la carga inicial de tu hipoteca.

¿En qué consiste la carencia hipotecaria en un préstamo?

La carencia hipotecaria es un período durante el cual el titular de la hipoteca está exento de pagar la totalidad o una parte de las cuotas mensuales. Esto significa que, durante un tiempo determinado, el hipotecado disfruta de un alivio en la carga financiera de su préstamo.

Existen diferentes tipos de carencia hipotecaria: la carencia de capital, la carencia de intereses o la carencia mixta.Veamos en una tabla en qué consiste cada uno.

Tipo de carenciaDescripciónEjemplo
Carencia de capitalSe aplaza el pago del capital de la hipoteca, pero se siguen pagando los intereses.Durante el primer año de la hipoteca, solo se pagan los intereses, lo que reduce la cuota mensual a la mitad.
Carencia de interesesSe aplaza el pago de los intereses de la hipoteca, pero se sigue pagando el capital.Durante los primeros seis meses de la hipoteca, no se pagan intereses, lo que reduce la cuota mensual en un 20%.
Carencia mixtaSe aplaza el pago tanto del capital como de los intereses de la hipoteca.Durante el primer año de la hipoteca, no se pagan ni capital ni intereses, lo que elimina por completo la cuota mensual.

Tiempo de la carencia hipotecaria

La duración típica de los períodos de carencia oscila entre 6 meses y 2 años, aunque algunas entidades bancarias pueden ofrecer períodos más cortos o más largos. La duración específica dependerá de la política de cada entidad y de las condiciones particulares de la hipoteca.

Lectura recomendada: Todo lo que necesitas saber sobre qué es el periodo de carencia 

Ejemplo para calcular la carencia hipotecaria

Imaginemos a Juan, quien acaba de comprar su primera vivienda y ha obtenido una hipoteca de 100.000€ con un tipo de interés del 3%. Si la hipoteca tiene una carencia de capital de 1 año, durante ese primer año Juan solo pagará los intereses del préstamo, lo que equivale a una cuota mensual de 250€. Esto significa un ahorro significativo en comparación con la cuota mensual completa, que sería de 530€.

Es importante recordar que la carencia hipotecaria no significa que se realice una condonación de la deuda. Al final del período de carencia, el hipotecado deberá comenzar a pagar las cuotas completas, incluyendo el capital acumulado durante ese tiempo.

¿Quiénes pueden optar a un período de carencia de hipoteca?

Si bien la disponibilidad de la carencia hipotecaria depende de las políticas específicas de cada entidad bancaria, existen ciertos perfiles de clientes que suelen ser elegibles para este beneficio:

  1. Jóvenes compradores: Los jóvenes que acceden por primera vez al mercado inmobiliario suelen tener una situación financiera más ajustada y menores ingresos. La carencia hipotecaria puede ser una herramienta útil para ellos para aliviar la carga inicial de la compra de su vivienda.
  2. Familias con hijos pequeños: Las familias con hijos pequeños también pueden enfrentar dificultades financieras durante los primeros años tras la llegada de un nuevo miembro al hogar. La carencia hipotecaria puede aportarles un respiro económico durante este período de adaptación.
  3. Personas que atraviesan por un cambio de trabajo o situación personal: Un cambio de trabajo, una reducción de jornada laboral o un imprevisto familiar pueden afectar significativamente los ingresos de una persona. La carencia hipotecaria puede ser un salvavidas en estas situaciones, permitiendo un margen de maniobra para adaptarse a la nueva realidad financiera.
  4. Inversores en inmuebles: Los inversores que adquieren una propiedad para alquilarla pueden necesitar un período de carencia para acondicionar la vivienda o encontrar inquilinos. De esta manera, pueden evitar pagar la hipoteca completa mientras la vivienda no genera ingresos.

Lectura recomendada: ¿Cómo conseguir una hipoteca sin ahorros?

Estas son solo algunas de las situaciones en las que la carencia hipotecaria puede ser una opción viable. La decisión final sobre la concesión de este beneficio la tiene la entidad bancaria. Ellos son los que evalúan cada caso en particular, tomando en cuenta la situación financiera del solicitante, su historial crediticio y las características de la hipoteca.

¿Cuáles son los gastos asociados a una carencia hipotecaria?

Los gastos asociados a una carencia hipotecaria pueden incluir intereses acumulados, comisiones por modificar el préstamo, y cargos administrativos. Aunque se suspende temporalmente el pago del capital, los intereses continúan generándose, aumentando el costo total del préstamo. También puede haber gastos legales, notariales o de seguros adicionales, y la posibilidad de un aumento en el tipo de interés una vez finalizado el periodo de carencia. Además, es importante considerar que solicitar una carencia podría afectar tu historial crediticio.

Es importante informarse en la misma entidad que se solicita la carencia, para conocer bien qué coste supondrá para uno mismo. 

Ventajas e inconvenientes de una carencia hipotecaria

La carencia hipotecaria se presenta como un oasis de tranquilidad financiera en los primeros años de tu vivienda. Permite aliviar la carga de las cuotas y brindar una mayor flexibilidad para afrontar gastos iniciales o imprevistos. Estas son las tres ventajas de una carencia hipotecaria:

  • Reducción de la cuota mensual durante el período de carencia: Este beneficio es el más evidente. Al aplazar el pago total o parcial de las cuotas, la carga financiera a corto plazo se alivia considerablemente. Esto puede ser especialmente útil durante los primeros años de la hipoteca, cuando los gastos asociados a la compra de la vivienda, como reformas o mudanzas, aún están presentes.
  • Mayor flexibilidad para afrontar gastos iniciales: La carencia hipotecaria proporciona mayor flexibilidad para administrar las finanzas personales. Al disponer de un flujo de caja más holgado durante el período de gracia, los hipotecados pueden destinar esos recursos a cubrir otros gastos importantes o simplemente tener una mayor tranquilidad económica.
  • Posibilidad de estabilizar la situación financiera: En algunos casos, la carencia hipotecaria puede ser un puente para estabilizar la situación financiera antes de comenzar a pagar las cuotas completas. Esto puede ser útil para personas que atraviesan por un cambio de trabajo, un imprevisto familiar o que simplemente necesitan tiempo para consolidar sus ingresos.

Sin embargo, también existen desventajas. Si bien la carencia hipotecaria ofrece un respiro a corto plazo, es importante ser consciente de que esta decisión puede tener repercusiones:

  • Aumento del importe total a pagar a largo plazo: Es importante tener en cuenta que la carencia hipotecaria no elimina la deuda, sino que la aplaza. Al final del período de gracia, el hipotecado deberá comenzar a pagar las cuotas completas, incluyendo el capital acumulado durante la carencia. Esto significa que el importe total a pagar a largo plazo será mayor, debido a los intereses generados durante ese período.
  • Posible penalización por parte de la entidad bancaria: Algunas entidades financieras pueden aplicar una penalización por solicitar la carencia hipotecaria. Esta penalización suele consistir en un porcentaje del capital del préstamo o un aumento en el tipo de interés durante un tiempo determinado.
  • Necesidad de evaluar cuidadosamente la capacidad de pago a futuro: Es fundamental analizar con realismo la capacidad de pago a largo plazo antes de solicitar la carencia hipotecaria. Si al finalizar el período de gracia no se dispone de los ingresos suficientes para afrontar las cuotas completas, podrían surgir dificultades financieras importantes.

¿Cómo solicitar o pedir una carencia hipotecaria?

Para solicitar o pedir una carencia hipotecaria, tan solo debes seguir estos cuatro pasos:

1. Consulta las condiciones con tu entidad bancaria

El primer paso es consultar con tu banco las condiciones específicas para solicitar la carencia hipotecaria. Cada entidad tiene sus propias políticas y requisitos, por lo que es fundamental informarse detalladamente sobre el proceso, la duración de la carencia disponible, las posibles penalizaciones y los requisitos de elegibilidad.

2. Reúne la documentación necesaria

Una vez que hayas decidido solicitar la carencia hipotecaria, deberás reunir la documentación necesaria para presentar a tu banco. Esta documentación suele incluir:

  • Solicitud formal de carencia hipotecaria: La entidad bancaria te proporcionará el formulario correspondiente.
  • DNI/NIE del titular o titulares de la hipoteca: Copia del Documento Nacional de Identidad o Número de Identidad de Extranjero.
  • Escritura de la hipoteca: Copia de la escritura de la hipoteca.
  • Últimas nóminas: Las dos últimas nóminas de los titulares de la hipoteca.
  • Otros requisitos adicionales: Dependiendo del banco, podrían solicitarse otros documentos adicionales, como recibos de ingresos por actividades por cuenta propia, certificados de situación fiscal, etc.

3. Presenta la solicitud y espera la respuesta

Una vez hayas reunido toda la documentación necesaria, deberás presentar la solicitud de carencia hipotecaria en tu banco. La entidad evaluará tu solicitud, tu situación financiera y las características de tu hipoteca para determinar si aprueba o rechaza la solicitud.

4. Firma del nuevo contrato

Si los bancos aprueban tu solicitud de carencia hipotecaria, deberás firmar un nuevo contrato que refleje las condiciones modificadas de la hipoteca, incluyendo la duración de la carencia, las nuevas cuotas mensuales y cualquier penalización aplicable.

Alternativas a la carencia hipotecaria

Si bien la carencia hipotecaria puede ser una herramienta útil en determinadas circunstancias, existen otras alternativas que puedes considerar antes de solicitar este beneficio. Analizar estas opciones te permitirá encontrar la solución más adecuada para afrontar las dificultades financieras temporales y proteger tu patrimonio.

1. Negociar una moratoria o aplazamiento de las cuotas hipotecarias

En caso de atravesar por una situación económica adversa que te impida pagar las cuotas de la hipoteca, puedes intentar negociar una moratoria o aplazamiento de las cuotas con tu entidad bancaria. Esta medida implica un aplazamiento temporal del pago de las cuotas, total o parcialmente, durante un período determinado.

2. Buscar financiación adicional

Si necesitas liquidez inmediata para cubrir los pagos de la hipoteca, puedes explorar opciones de financiación adicional, como:

  • Préstamos personales: Solicitar un préstamo hipotecario con garantía personal a otra entidad bancaria o institución financiera puede ayudarte a cubrir los pagos de la hipoteca a corto plazo. Sin embargo, es importante comparar las condiciones y tipos de interés de diferentes ofertas para obtener la mejor opción.
  • Créditos con familiares o amigos: Si tienes la posibilidad, puedes solicitar un crédito a familiares o amigos cercanos. Esta opción puede ser más flexible en términos de condiciones y plazos de pago, pero es importante establecer un acuerdo claro y formal para evitar conflictos o malentendidos.

Lectura recomendada: ¿Qué es un crédito hipotecario?

3. Alquilar la vivienda

En caso de que dispongas de una vivienda adicional o si la propiedad hipotecada lo permite, puedes considerar alquilarla durante un período temporal. Los ingresos generados por el alquiler podrían ayudarte a cubrir las cuotas de la hipoteca o reducir la carga financiera.

Lectura recomendada: ¿Qué se necesita para alquilar un piso en España?

4. Vender la vivienda como último recurso:

Si la situación financiera es insostenible y no encuentras otra alternativa viable, vender la vivienda podría ser la última opción a considerar. Sin embargo, esta decisión debe tomarse con mucha cautela, ya que implica deshacerse de un patrimonio importante y valorar cuidadosamente las implicaciones tanto económicas como personales.

Aspectos clave

  • La carencia hipotecaria ofrece un alivio temporal en la carga mensual de la hipoteca, especialmente útil durante los primeros años o ante situaciones financieras puntuales.
  • La carencia hipotecaria no es una solución universal. Es crucial evaluar cuidadosamente las ventajas, inconvenientes y capacidad de pago a largo plazo antes de solicitarla.
  • Existen alternativas como negociar moratorias, buscar financiación adicional, alquilar la vivienda o venderla como último recurso.

Referencias

  1. Banco de España; Período de carencia: https://clientebancario.bde.es/pcb/es/menu-horizontal/productosservici/financiacion/hipotecas/guia-textual/primerospasoscon/Periodo_de_carencia.html 
  2. Diccionario RAE; Carencia: https://dle.rae.es/carencia 
  3. Banco de España; Plazo y período de carencia: https://clientebancario.bde.es/pcb/es/menu-horizontal/productosservici/financiacion/prestamopersonal/guia-textual/conceptocaracter/Plazo_y_periodo_de_carencia.html

FAQ

¿Cuándo se puede pedir una carencia de hipoteca?

La disponibilidad y condiciones para solicitar una carencia hipotecaria varían según cada entidad bancaria. En general, se puede solicitar en el momento de la firma de la hipoteca o durante la vida de la hipoteca. La primera opción es la más común, ya que permite establecer la duración y condiciones de la carencia desde el inicio. Mientras que, la segunda opción, es el banco quien estudia la situación y establece los requisitos.

¿Cuántos meses se puede estar sin pagar hipoteca?

El periodo de carencia suele oscilar entre 3 meses y 5 años, aunque algunas entidades pueden ofrecer plazos más cortos o largos. Es importante consultar las condiciones específicas con tu banco.

¿Qué hacer cuando terminas de pagar la hipoteca?

Una vez que hayas pagado la totalidad del capital y los intereses de la hipoteca, la vivienda queda libre de cargas y pasa a ser de tu propiedad absoluta. Puedes registrar la cancelación de la hipoteca en el Registro de la Propiedad para mayor seguridad jurídica.

¿Qué pasa si pago solo una parte de la hipoteca?

Si solo pagas una parte de la cuota hipotecaria, acumularás intereses sobre la cantidad no pagada, lo que aumentará la deuda total a largo plazo. Además, tu entidad bancaria podría penalizarte por el retraso en el pago. Es importante cumplir con las obligaciones hipotecarias para evitar problemas financieros.

Alvaro G.
Con más de 8 años de experiencia en redacción, Álvaro se ha convertido en un especialista en consultoría inmobiliaria. Se centra especialmente en publicaciones relacionadas con la evolución del mercado inmobiliario en España, así como en cuestiones de compra, venta e inversión de inmuebles. Su experiencia en bienes raíces le permite compartir información valiosa para ayudar a las personas a tomar decisiones acertadas en este tipo de transacciones.
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