Una hipoteca es un préstamo específico que permite a las personas adquirir una propiedad, con dicho inmueble sirviendo como garantía. Tradicionalmente, tener ahorros ha sido un requisito fundamental para acceder a la financiación, ya que actúan como una muestra de compromiso y reducen el riesgo para el banco o entidad financiera. Sin embargo, en la era moderna, los jóvenes enfrentan el desafío de querer una vivienda, pero carecen de ahorros significativos para afrontar esta opción.
En este artículo te explicaremos qué son las hipotecas sin ahorros, desentrañando mitos y realidades al respecto. Además, te presentaremos algunas de las mejores opciones para aquellos jóvenes que quieren comprar su primera vivienda sin tener capital ahorrado para la entrada.
En las décadas pasadas, el panorama de las hipotecas era bastante rígido. El estándar era que los solicitantes presentaran un porcentaje significativo del valor total de la vivienda como pago inicial. Estos ahorros previos eran, y aún son, vistos como una garantía de que el prestatario tiene un compromiso real con la propiedad y el préstamo.
Sin embargo, con el cambio en las dinámicas laborales, el aumento de la vida en alquiler y el deseo de muchas personas de entrar al mercado inmobiliario a una edad más temprana, las entidades financieras comenzaron a ver una oportunidad. A medida que avanza el tiempo, surgen programas y productos hipotecarios diseñados para aquellos sin ahorros significativos, permitiendo a más personas acceder a la propiedad de la vivienda.
La adquisición de una vivienda es uno de los pasos más significativos en la vida de muchas personas. Sin embargo, en torno a la solicitud de hipotecas sin ahorros, circulan varios mitos que pueden confundir o desanimar a potenciales compradores.
Mito 1 | Es completamente imposible obtener una hipoteca sin un pago inicial o ahorros previos. |
Realidad | Si bien es más común que las entidades financieras requieren un pago inicial, existen programas y préstamos que ofrecen financiamiento hasta del 100% del valor de la vivienda, sobre todo para primeros compradores o situaciones específicas. Estos programas, sin embargo, pueden tener requisitos adicionales o tasas de interés ligeramente más altas. |
Mito 2 | Las hipotecas obtenidas sin ahorros siempre vienen con tasas de interés exorbitantes. |
Realidad | Aunque el riesgo para el banco puede ser percibido como mayor y eso puede influir en la tasa, no necesariamente se traduce en tasas exorbitantes. Factores como un buen historial crediticio y la estabilidad laboral pueden ayudar a obtener una tasa más competitiva, incluso sin ahorros previos. |
Mito 3 | Si no tienes ahorros, significa que no estás financieramente preparado para tener una casa. |
Realidad | No tener ahorros es resultado de diversas circunstancias, como gastos médicos imprevistos, inversiones en educación… La capacidad para pagar una hipoteca se basa en factores, como los ingresos actuales y estabilidad financiera, no solo en los ahorros previos. |
Mito 4 | Las instituciones que ofrecen hipotecas sin ahorros son poco confiables o tienen malas intenciones. |
Realidad | Si bien siempre es crucial investigar y elegir instituciones financieras de renombre, muchas entidades establecidas y de confianza ofrecen opciones para aquellos sin ahorros. Es esencial leer todas las condiciones, comprender las cláusulas y, si es posible, contar con asesoramiento legal o financiero. |
En la era actual, el sueño de comprar una vivienda se ha vuelto cada vez más complejo para las generaciones jóvenes. La combinación de una economía global en constante cambio y las particularidades de las finanzas personales de los millennials y centennials ha transformado las dinámicas del mercado inmobiliario.
Afortunadamente, el mercado inmobiliario y las entidades financieras han reconocido estas nuevas dinámicas. Por esta razón, se han buscado soluciones para los jóvenes que necesitan una hipoteca sin ahorros y adentrarse en la compra de una vivienda.
En España, tanto el gobierno central como las comunidades autónomas han reconocido la necesidad de apoyar a los jóvenes en su acceso a la vivienda. Estos son los programas actuales a los que se pueden acoger los jóvenes.
Se trata de un conjunto de medidas y ayudas establecidas por el Gobierno central que, entre otras cosas, proporcionan ayudas para la compra y alquiler de viviendas a jóvenes. El mayor de los beneficios es que proporciona subvenciones y apoyos financieros a jóvenes que no tienen ahorros para poder adquirir una vivienda.
Muchas comunidades autónomas tienen sus propios programas que facilitan la compra de viviendas a jóvenes mediante subsidios o préstamos con condiciones favorables. En cuanto a sus beneficios, este programa tiene criterios de elegibilidad adaptados a la realidad socioeconómica de cada comunidad.
Las viviendas de protección oficial cuentan con un IVA reducido, lo que abarata el coste total de la vivienda. Por lo tanto, para aquellos jóvenes que buscan una vivienda nueva y no tienen ahorros para afrontar una hipoteca, esta opción les ofrece beneficios para facilitar su adquisición.
Lectura recomendada - ¿Qué es una VPO?
Estas ayudas están destinadas a la mejora y reforma de viviendas, permitiendo a los jóvenes renovar propiedades más antiguas a sus necesidades. El beneficio de este programa es que se cuenta con un apoyo económico para la adaptación y mejora del inmueble, lo que incentiva la compra de propiedades a reformar a precios más bajos.
Algunas entidades y organizaciones ofrecen formación y asesoramiento gratuito para jóvenes que tienen dudas sobre comprar o alquilar una vivienda, la gestión financiera y los derechos de inquilinos y compradores. Por lo tanto, proporciona herramientas y conocimientos esenciales para navegar a través del mercado inmobiliario.
Conseguir una vivienda sin contar con ahorros previos puede parecer una utopía, pero existen tres diferentes alternativas y estrategias en el mercado que pueden facilitar este objetivo.
Lectura recomendada: ¿Cómo comprar un piso sin ahorros?
No nos íbamos a ir sin brindarte los mejores consejos para mejorar tu historial con el banco y así, poder solicitar una hipoteca sin ahorros. Aunque solicitar una hipoteca sin ahorros puede ser un reto, existen opciones que te permitirán incrementar tus probabilidades de ser aprobado.
Tu historial crediticio es una huella de tus hábitos financieros. Es esencial que pagues tus cuentas y compromisos a tiempo y que evites incurrir en morosidades. Si eres puntual en tus pagos y no acumulas deudas, esto se reflejará en un buen historial, lo que será favorable al momento de solicitar tu hipoteca sin ahorros. Además, te recomendamos consultar regularmente tu informe crediticio para asegurarte de que todo esté en orden.
Los bancos desean tener certeza de que serás capaz de hacer frente a las cuotas mensuales. Por ello, es crucial que puedas demostrar ingresos estables y suficientes. Ya sea a través de un trabajo fijo o si eres independiente, tener comprobantes de tus ingresos y una contabilidad ordenada son elementos que juegan a tu favor.
Si tienes préstamos personales, créditos de automóviles o saldos pendientes en tarjetas de crédito, es recomendable que intentes reducirlos antes de solicitar una hipoteca. Las entidades financieras evaluarán tu capacidad de endeudamiento, y si ya tienes muchas deudas, esto puede jugar en tu contra.
Participar en talleres o programas de educación financiera te permitirá comprender mejor el proceso hipotecario y cómo gestionar tus finanzas. Además, contar con el apoyo de asesores financieros o inmobiliarios te dará una visión más clara de lo que necesitas para tener éxito en tu solicitud.
No necesariamente. Aunque algunas hipotecas sin ahorros pueden tener tasas de interés más altas debido al mayor riesgo percibido para el banco, factores como un buen historial crediticio pueden ayudar a obtener una tasa más competitiva.
Tradicionalmente, la mayoría de las entidades financieras financian un 80% del valor de la vivienda, pero hay algunas que pueden ofrecer financiación del 90% o incluso 100% en ciertas condiciones.
Un seguro hipotecario protege al prestamista en caso de que el prestatario no pueda hacer frente a los pagos. Si buscas financiación por encima de un cierto porcentaje del valor de la vivienda, algunas entidades pueden requerir que lo contrates.
Sí, existen alternativas como la hipoteca compartida o programas especiales para primeros compradores que pueden tener requisitos diferentes a las hipotecas convencionales.