El panorama del mercado del alquiler en España está experimentando un cambio drástico, impulsado por el aumento de la demanda de vivienda por parte de los estudiantes universitarios. Cada año, miles de jóvenes se desplazan a Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Bilbao o Salamanca, entre otras muchas ciudades españolas, para iniciar sus estudios, generando una gran necesidad de alojamiento temporal.
En este contexto, el alquiler a estudiantes se presenta como una opción atractiva tanto para propietarios como para inquilinos. Para los propietarios, ofrece la posibilidad de obtener una rentabilidad estable y segura, mientras que para los estudiantes, supone una solución flexible y cómoda para cubrir sus necesidades de vivienda durante el periodo de estudios. En este artículo, nos adentraremos en el mundo del alquiler a estudiantes en España en 2024. Abordaremos desde los diferentes tipos de alquiler disponibles y los aspectos legales a tener en cuenta al alquilar a estudiantes una propiedad.
El mercado del alquiler a estudiantes ofrece una amplia variedad de opciones, desde pisos completos hasta habitaciones individuales en residencias especializadas. Cada contrato de alquiler presenta características, ventajas e inconvenientes propios, por lo que resulta esencial conocerlas en detalle para elegir la que mejor se adapte a las necesidades y preferencias de cada estudiante.
Los pisos de estudiantes se caracterizan por ser viviendas completas alquiladas por un grupo de estudiantes, quienes comparten cocina, baño y zonas comunes. Esta modalidad ofrece un alto grado de independencia y privacidad, permitiendo a los inquilinos organizar su espacio y convivencia según sus preferencias. Además, suele ser la opción más económica por persona, si se divide el alquiler entre los compañeros de piso.
Sin embargo, es importante considerar que alquilar un piso completo también implica mayores responsabilidades. Los estudiantes deberán encargarse de la gestión del hogar, incluyendo la limpieza, el mantenimiento y el pago de facturas. Además, la convivencia diaria puede generar roces o conflictos si no se establecen normas claras y una buena comunicación entre los compañeros.
Alquilar una habitación en un piso o residencia es una alternativa atractiva para aquellos estudiantes que buscan una opción más económica y con la posibilidad de socializar con otros inquilinos. Los precios de las habitaciones varían significativamente en función de la ubicación, el tamaño, los servicios incluidos y las características del alojamiento.
En este tipo de modalidad, los estudiantes comparten espacios comunes como la cocina, el baño y el salón, lo que puede generar tanto ventajas como inconvenientes. Por un lado, el contrato de alquiler por habitación permite reducir costes y fomentar la interacción social entre los residentes. Por otro lado, implica la necesidad de adaptarse a las normas de convivencia establecidas y a los hábitos de los demás inquilinos, lo que puede requerir flexibilidad y tolerancia.
Las residencias de estudiantes ofrecen la opción más completa y segura para aquellos que buscan un entorno con servicios integrados y oportunidades para socializar. Estas instalaciones suelen incluir habitaciones individuales o compartidas, pensión completa o media pensión, instalaciones comunes como biblioteca, gimnasio y salas de estudio, además de organizar actividades y eventos sociales.
Sin embargo, el coste de las residencias de estudiantes es generalmente más elevado en comparación con las otras modalidades de alquiler. Adicionalmente, al tratarse de un entorno con múltiples residentes, es importante tener en cuenta que la privacidad puede ser más limitada y que se debe respetar las normas y horarios establecidos por la residencia.
El éxito de una experiencia de alquiler a estudiantes radica en gran medida en un marco legal claro y bien definido que proteja tanto los derechos de los propietarios como de los inquilinos. Conocer las normativas vigentes y establecer un contrato sólido son aspectos esenciales para evitar conflictos y garantizar una relación justa y transparente.
El contrato de alquiler es el documento que establece los términos y condiciones del arrendamiento. En el caso del alquiler a estudiantes, existen algunas cláusulas específicas que deben incluirse obligatoriamente, además de los elementos comunes a cualquier contrato de alquiler.
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Los elementos imprescindibles que debe llevar este contrato son:
En ocasiones, los propietarios de viviendas pueden llegar a un acuerdo para establecer un contrato y alquilar a estudiantes por un tiempo más extenso. Es decir, en vez de por el periodo académico, que generalmente son 9 meses, por los tres, cuatro o hasta cinco años. De este modo, estableces una relación con el inquilino para realizar un contrato como vivienda habitual. La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece la distinción entre vivienda habitual y no habitual. En el caso del alquiler a estudiantes, la vivienda puede considerarse habitual si se cumplen ciertos requisitos:
Si se cumplen estas condiciones, el contrato de alquiler se rige por las disposiciones generales de la LAU, incluyendo la duración mínima del contrato (5 años) y la posibilidad de prórroga.
En el caso de alquilar a estudiantes extranjeros, es importante tener en cuenta que se requiere documentación adicional y trámites específicos:
Para estos casos, en donde los estudiantes vienen por un periodo determinado y las garantías de pago pueden ser otras, se recomienda solicitar asesoría por parte de un agente inmobiliario. De esta manera, te asegura que se cumplen todos los requisitos y se tramitan correctamente los documentos necesarios.
El acceso a la vivienda puede suponer un reto económico importante para los estudiantes. Afortunadamente, existen diversas ayudas públicas dirigidas a facilitar el alquiler de una vivienda durante el periodo de estudios.
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El Bono Alquiler Joven es una ayuda económica mensual de 250€ dirigida a jóvenes de entre 18 y 35 años que alquilen una vivienda como vivienda habitual. Se trata de una iniciativa del Gobierno de España, gestionada por las comunidades autónomas, con un presupuesto total de 200 millones de euros anuales.
Los requisitos para solicitar el Bono Alquiler Joven:
La ayuda establecida y concedida para los estudiantes es por un periodo de dos años, con un máximo de 24 mensualidades. Y, para realizar la solicitud, los estudiantes deben hacerla a través de internet en la web del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana o en las plataformas de las comunidades autónomas.
El plan estatal es un programa pensado para que los menores de 35 años puedan tener una mayor accesibilidad a la vivienda. No solo para la compra, sino para el régimen del alquiler. La cuantía máxima a la que se puede acceder es del 60% del alquiler (máximo de 600€/mes para alquiler de pisos y 300€/mes para alquiler de habitaciones).
Además del Bono Alquiler Joven y del Plan Estatal de Vivienda, existen diversas ayudas a nivel autonómico y local dirigidas a estudiantes que necesitan alquilar una vivienda. Estas ayudas pueden variar en cuanto a requisitos, cuantía y forma de solicitud, por lo que es fundamental informarse en las entidades competentes de cada región o municipio.
Los ingresos generados por el alquiler de una vivienda a estudiantes se consideran rendimientos del capital inmobiliario para efectos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). El propietario debe incluir estos ingresos en su declaración anual de la renta, junto con los gastos deducibles asociados al alquiler.
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Entre los ingresos a declarar se encuentran la renta mensual, que es el total de las rentas percibidas durante el año, y la fianza, que debe ser declarada en el año en que se recibe. Los gastos deducibles incluyen:
Además, es importante destacar que, en el caso del alquiler de viviendas a estudiantes, el propietario puede aplicar una reducción del 60% sobre los rendimientos netos obtenidos, lo que significa que solo tributará por el 40% de los beneficios obtenidos por el alquiler. La declaración de estos ingresos y gastos deducibles se realiza en el apartado I de la declaración de la renta, específicamente en la sección dedicada a los rendimientos del capital inmobiliario.
Alquilar una vivienda a estudiantes es una gran ventaja para muchos arrendadores, ya que ofrece varias ventajas en comparación con otros perfiles de inquilinos. A continuación, se detallan algunos de los principales beneficios:
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El precio de un piso para estudiantes en Madrid varía mucho en función de la zona, el tamaño, las características y las comodidades. En general, se puede encontrar un piso para una persona entre 400€ y 800€ mensuales, y para compartir entre 600€ y 1200€ mensuales.
Los estudiantes suelen alquilar la vivienda durante el curso académico, que va de septiembre a junio. Algunos contratos también pueden incluir los meses de julio y agosto, aunque esto es menos común.
Un alquiler compartido es aquel en el que varios inquilinos viven en la misma vivienda y comparten los espacios comunes, como la cocina, el baño y el salón. Los dormitorios suelen ser individuales.
Un alquiler particular es aquel en el que el inquilino tiene el uso exclusivo de la vivienda, sin compartirla con otras personas.
Hay varias maneras de buscar piso de estudiantes en Madrid. Por lo general, la mayoría de los universitarios, utiliza los diferentes portales inmobiliarios, ya que les permiten segmentar por zona, precio y características de las viviendas. También, existen páginas web especializadas en alquilar a estudiantes, residencias universitarias y grupos en redes sociales, como Facebook.