Una hipoteca fija es un préstamo hipotecario en el que el tipo de interés se mantiene constante durante todo el plazo del préstamo. En España, las hipotecas fijas han ganado popularidad en los últimos años, ya que ofrecen estabilidad y previsibilidad en las cuotas mensuales, lo que permite a los titulares de hipotecas presupuestar con mayor facilidad los gastos mensuales y planificar a largo plazo.
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A continuación, te detallamos las características principales de las hipotecas de interés fijo:
Penalizaciones por cancelación anticipada: las hipotecas de interés fijo suelen tener penalizaciones más altas por cancelación anticipada o amortización parcial del préstamo. Aunque esta cláusula la define cada entidad bancaria.
Normalmente, la entidad financiera proporciona esta información. Sin embargo, te explicamos ahora el sistema que normalmente se usa para calcular la cuota de una hipoteca fija, un método bastante más simple que el de la hipoteca variable.
La fórmula matemática que se utiliza para calcular la cuota de la hipoteca fija es la siguiente:
Leyenda:
C= capital prestado
i= tipo de interés nominal (%) dividido en 12 meses.
n= Número de cuotas mensuales en las que se pagará la hipoteca (años multiplicado por 12 meses).
Si pedimos al banco una cantidad de 100 000 € (C) y pagaremos la hipoteca en 25 años, un total de 300 meses (n), con un interés fijo TIN del 2,85 % (siendo i= 2,85/12=0,2375) el precio mensual que se pagará es de 529 €, según la fórmula que hemos explicado en el punto anterior:
La principal diferencia entre una hipoteca fija y una hipoteca variable es el tipo de interés:
Aunque suelen tener un tipo de interés ligeramente superior al de las hipotecas variables, su plazo de amortización es más amplio y su estabilidad puede ser una opción atractiva para aquellos que buscan previsibilidad en sus gastos a largo plazo.
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Referencias
Depende. Una hipoteca fija es la mejor opción si quieres pagar la misma cantidad cada mes y no te preocupa pagar un interés mayor y devolver el importe al banco en un plazo más largo. Si, por el contrario, quieres devolver el préstamo cuanto antes y no te inquieta que el precio de la cuota pueda variar, la hipoteca a interés variable es una buena opción.
La gran mayoría de entidades bancarias ofrecen hipotecas fijas sin necesidad de aval, aunque esto dependerá de la situación laboral y financiera de cada uno. Si tienes un trabajo estable, un buen nivel de ahorros, sin tener otros préstamos y además, no superas los 40 o 45 años de edad, es probable que la entidad financiera no te exija un aval para solicitar una hipoteca a interés fijo.
Cada banco tiene un interés asignado a su producto, que en este caso es la hipoteca fija. En España, actualmente, este se encuentra entre un 2,75 % y 3,30 %.
No hay límite de amortización en una hipoteca fija, aunque no es recomendable que este supere los 30 años. Cada situación es diferente y depende de la capacidad económica y edad del titular de la hipoteca, del banco, del precio de la vivienda, etc.
Los gastos de apertura de una hipoteca fija son la tasación hipotecaria de la vivienda, los gastos del notario, impuestos y también la comisión o gastos de apertura del banco. Estos pueden variar según la comunidad autónoma y la entidad bancaria en la que se contrata la hipoteca.
No existe ninguna ley que obligue al futuro titular de una hipoteca a contratar otros productos de la misma entidad bancaria. Hay bancos que ofrecen una disminución del tipo de interés en caso de contratar seguros, pero en este caso es necesario estudiar qué sale más rentable. Asimismo, el banco no puede obligar a domiciliar tu nómina ni tener otra vinculación con ellos.
El IRPH (Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios) era un índice utilizado para determinar el interés variable de las hipotecas en España. La hipoteca fija tiene un interés estable durante toda la duración del préstamo, por lo que no se ve afectada por las fluctuaciones del IRPH ni otros índices de referencia, como el euríbor.