En un mundo donde la flexibilidad financiera se ha convertido en una necesidad más que en un lujo, las estructuras de préstamos hipotecarios tradicionales a menudo se encuentran bajo el escrutinio de aquellos que buscan soluciones más adaptativas a las cambiantes circunstancias económicas personales. En este contexto surge la hipoteca REDAL, una modalidad de préstamo hipotecario que propone una solución innovadora permitiendo una devolución del préstamo más flexible. Este concepto, poco conocido pero altamente relevante en tiempos de incertidumbre económica, abre un diálogo sobre las necesidades de adaptabilidad en los acuerdos financieros entre prestamistas y prestatarios.
El presente artículo desentraña el concepto de la hipoteca REDAL, explorando sus fundamentos, aplicaciones prácticas, ventajas y desafíos. Desde su definición, que promueve la libertad en la devolución del préstamo, hasta el análisis de sus beneficios o regulación de la cláusula REDAL.
La hipoteca REDAL, acrónimo del término latino "Redito Ad Libitum", se traduce como “que se puede devolver libremente" o "que se puede devolver a voluntad". Este término introduce un concepto innovador en el ámbito de los préstamos hipotecarios. Esta modalidad de hipoteca permite una mayor flexibilidad en la devolución del préstamo. Ofrece al deudor la posibilidad de enfrentar situaciones económicas adversas sin perder su vivienda.
En el contexto de un préstamo hipotecario, se establecen diversas condiciones, siendo las más relevantes aquellas que se refieren al plazo de devolución y a las cuotas e intereses a pagar. Sin embargo, la cláusula REDAL, aún siendo poco conocida por el gran público, puede ser una salvaguarda crucial para evitar el embargo de una propiedad frente a escenarios de inflación o variaciones en el euribor.
Cuando el pago de la hipoteca se torna una carga inmanejable, las opciones habituales incluyen la renegociación de los términos del préstamo o el acuerdo de un periodo de carencia. La cláusula REDAL emerge como una alternativa adicional. Permite al deudor en dificultades económicas devolver el préstamo en montos reducidos, bajo ciertas condiciones favorables, como contar con una sentencia que lo avale.
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La esencia de la hipoteca REDAL radica en la ambigüedad informativa hacia el deudor. Esto es, si el contrato de préstamo no especifica claramente el método de amortización o las cuotas mensuales exactas, el deudor se encuentra en una posición donde no puede determinar con precisión lo que debe pagar ni lo que adeuda a lo largo del plazo del préstamo. Esta situación puede dar pie a interpretar el contrato como una hipoteca REDAL.
Bajo una hipoteca REDAL, sería suficiente con que el deudor abone únicamente los intereses acordados. Así cumpliría con su obligación contractual principal y postergando la devolución del capital hasta una etapa posterior dentro del plazo acordado para el préstamo.
Un caso práctico del empleo de la cláusula REDAL se presenta cuando un deudor hipotecario, por razones financieras, se ve imposibilitado de cumplir con los pagos mensuales previamente acordados en su acuerdo de préstamo hipotecario.
En la eventualidad de que el contrato no clarifique el método de amortización del préstamo, el deudor tiene la opción de invocar la cláusula REDAL. De este modo, se le permite así liquidar el préstamo en cantidades inferiores a las designadas originalmente en el acuerdo.
La implementación de la cláusula REDAL en los contratos hipotecarios acarrea complicaciones para los deudores hipotecarios y para las entidades financieras.
Estos son los problemas asociados a la cláusula REDAL:
No obstante, después de conocer los diferentes problemas, también existen beneficios para entidades y deudores:
Actualmente, la cláusula REDAL no tiene respaldo de una regulación o normativa específica. Esto puede suponer una desventaja para los consumidores hipotecarios porque la falta de regulación puede llevar a la ambigüedad y disputas en los contratos de préstamo que incluyen la cláusula REDAL. Especialmente cuando se trata de intereses variables.
No obstante, a pesar de la falta de regulación, la cláusula REDAL sigue siendo efectiva, siempre y cuando se cumplan determinados requisitos y se pueda demostrar que la entidad no ha proporcionado información suficiente en la escritura de préstamo hipotecario. Para ello es necesario el asesoramiento legal de expertos para que analicen el caso. De esta manera se puede comprender las implicaciones y riesgos de esta disposición. Así como asegurar que se cumplen con los requisitos necesarios para su aplicación.
En este contexto, las Audiencias Provinciales y la interpretación del Código Civil serán fundamentales para determinar si la cláusula REDAL se aplica o no. En el caso de si se acepta y se haga una interpretación favorable para el hipotecado, se detendría el proceso de ejecución hipotecaria solicitado por la entidad financiera porque la cantidad exigida no se basa en los términos acordados en el contrato hipotecario.
Los desafíos incluyen la necesidad para el deudor de demostrar que la entidad financiera no proporcionó información suficiente sobre la amortización del préstamo, lo que puede llevar a un proceso legal costoso y prolongado. Para las entidades bancarias, el desafío principal es la posible reducción del capital recibido a largo plazo.
Es esencial revisar detenidamente el contrato de préstamo hipotecario y buscar asesoramiento legal especializado para determinar si su hipoteca incluye o se puede beneficiar de la cláusula REDAL, especialmente si la información sobre la amortización del préstamo no está claramente especificada.
Se recomienda guardar toda la documentación relacionada con el préstamo y consultar con un abogado especializado en derecho hipotecario para analizar la viabilidad de aplicar la cláusula REDAL en su caso específico, basándose en la información proporcionada en el contrato y su situación financiera actual.