La cadencia en el contexto de los préstamos hipotecarios a tipo variable se refiere a la frecuencia con la que se realiza la modificación del tipo de interés. Generalmente, este período de cadencia oscila entre 1 y 3 años. Estos ajustes están basados en índices de referencia como el Euríbor. Como resultado de estos cambios, la cuota de amortización del préstamo también se verá afectada, ya que está vinculada al tipo de interés.
*Lectura recomendada: ¿Qué es el Euríbor?
La cadencia es un concepto clave en el sector inmobiliario, especialmente en relación con los préstamos hipotecarios a tipo variable. En este artículo, exploraremos qué es la cadencia, su importancia en el mercado de bienes raíces y cómo afecta a los préstamos hipotecarios. También analizaremos el periodo de cadencia y las cláusulas comunes asociadas a este término.
Los ajustes del período de cadencia están basados en índices de referencia, como el Euribor y otros similares, pero además es relevante porque determina la periodicidad con la que se modifica la cuota de amortización del préstamo. Esto puede tener un impacto significativo en la economía del prestatario.
El periodo de cadencia varía en cada préstamo hipotecario y generalmente se establece entre 1 y 3 años. Durante este período, el tipo de interés se mantiene constante y no se realizan ajustes.
Al finalizar el periodo de cadencia, se lleva a cabo una revisión del tipo de interés en función de los índices de referencia establecidos en el contrato hipotecario. Esta verificación determinará el nuevo tipo de interés y, por lo tanto, la nueva cuota de amortización.
Existen cláusulas frecuentes en los contratos hipotecarios que están directamente relacionadas con la cadencia. Algunas de estas cláusulas incluyen:
Cláusula de revisión: Establece la frecuencia y los índices de referencia utilizados para ajustar el tipo de interés al final de cada periodo de cadencia.
Cláusula de estabilidad: Garantiza un periodo mínimo de estabilidad en el tipo de interés, durante el cual no se procederán con ajustes, incluso si los índices de referencia cambian.
Cláusula de limitación: Establece un límite máximo o mínimo para los ajustes del tipo de interés, evitando fluctuaciones drásticas en la cuota de amortización.
A pesar de tener un nombre tan parecido, parece mentira lo distintos que son estos dos términos, a pesar de que ambos hagan referencia a determinados periodos de tiempo.
Mientras que la cadencia, como ya hemos dicho, es la frecuencia con la que se ejecuta la modificación del tipo de interés, en el ámbito inmobiliario, el período de carencia es muy diferente. Este hace referencia a un tiempo durante el cual el prestatario de un préstamo hipotecario o arrendatario de una propiedad no está obligado a realizar pagos completos o parciales. Durante este periodo, generalmente, solo se deben pagar los intereses o se aplazan los pagos.
Conocer la cadencia permite al prestatario anticiparse a los posibles cambios en la cuota de amortización y planificar su economía de manera más efectiva.
Al finalizar el periodo de cadencia, se ejecuta una verificación del tipo de interés en función de los índices de referencia, lo que puede resultar en un ajuste de la cuota de amortización.
En algunos casos, es posible negociar la cadencia con la entidad financiera, aunque esto dependerá de las políticas de cada entidad y de las condiciones del mercado.
Las limitaciones legales pueden variar según la normativa vigente y las disposiciones específicas de cada país. Es importante consultar con un experto legal para obtener información precisa y actualizada sobre este tema.