Cada vez resulta más complicado contar con el dinero suficiente para dar la entrada para una casa. De hecho, comprar un inmueble se está convirtiendo en un verdadero desafío para muchos, ya que el precio de la vivienda y los intereses de los bancos cada vez son más altos. A pesar de esto, no todo está perdido, hay alternativas para que puedas hacerte con una vivienda y convertirte en propietario, y una de ellas es la hipoteca compartida. A lo largo de este artículo analizaremos a fondo este tipo de financiación y todo lo que puede ofrecerte.
Una hipoteca compartida es un acuerdo que dos o más personas hacen para adquirir una propiedad juntos. Debido a la dificultad que puede suponer para muchas personas hacer frente a una hipoteca ellos solos, la hipoteca compartida es una opción muy interesante. Gracias a este tipo de financiación, los gastos serán repartidos entre todos los miembros que firmen la misma.
Hay muchos aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de firmar. Porque aunque sea muy similar a una hipoteca individual convencional, hay ciertas diferencias. A continuación, los puntos más importantes que debes conocer sobre las hipotecas compartidas.
Seguro que te estás preguntando que significa que una hipoteca compartida es solidaria, pero no te preocupes, que es muy sencillo. Quiere decir que los titulares de dicha hipoteca deben responder siempre al total de pago cada mes. Es decir, si por cualquier razón uno o varios de los hipotecados no pueden pagar el porcentaje de la cuota que les corresponde, el resto de hipotecados tendrán que hacerse cargo de la misma.
Los préstamos que dan los bancos a la hora de firmar una hipoteca son directamente proporcionales al sueldo del usuario. Por tanto, si dos o más personas van a firmar la hipoteca, el préstamo será acorde a la suma de las nóminas. Si, por ejemplo, estás buscando comprar una casa con tu pareja, gracias a una hipoteca compartida podrás pedir más dinero y, en consecuencia, poder adquirir una vivienda de mayor valor.
Una de las principales ventajas de las hipotecas compartidas es que brindan a más personas la oportunidad de acceder a una vivienda. Al compartir los costos y la carga financiera inicial, los compradores pueden adquirir una propiedad que de otra manera estaría fuera de su alcance económico.
Al dividir el coste de la vivienda y los gastos asociados, los copropietarios comparten la carga financiera inicial, lo que puede resultar en una reducción significativa de los gastos de apertura. Esto puede hacer que sea más asequible comprar una vivienda, especialmente para aquellos que no tienen suficiente capacidad económica para hacerlo de forma individual.
En esta vida no todo es perfecto y en muchas ocasiones, no todo termina como se espera. Son muchos los casos de personas que firman una hipoteca compartida. Y a veces, pasados unos años, quieren deshacerse de ella, ya sea por divorcio o por cualquier otro problema.
Lograr esto es más complejo que en las hipotecas individuales, pues el banco, en un primer momento, concedió la hipoteca a varios pagadores, con todas las ventajas que esto supone. Que uno de los hipotecados quiera abandonar la hipoteca puede llevar ciertas complicaciones, a suponer un aumento de los gastos de gestión e incluso a una renegociación de las condiciones de la hipoteca.
Las dos soluciones más habituales para el abandono de alguno de los miembros de una hipoteca compartida son:
En una hipoteca compartida, los copropietarios comparten la carga financiera inicial y las responsabilidades asociadas con la vivienda. Cada copropietario contribuye con un porcentaje específico del precio de compra de la vivienda y asume el compromiso de pagar su parte correspondiente de la hipoteca.
El porcentaje de propiedad de cada copropietario puede variar y generalmente se basa en la cantidad de dinero que aporta al préstamo hipotecario. Por ejemplo, si dos personas compran una vivienda con una hipoteca compartida y uno aporta el 60% del precio de compra y el otro el 40%, sus porcentajes de propiedad serán respectivamente del 60% y del 40%.
Es importante tener en cuenta que, en caso de impago por parte de uno de los copropietarios, los demás asumirán la responsabilidad de pagar la parte correspondiente para evitar problemas con la hipoteca.
Antes de decidir si una hipoteca compartida es la opción adecuada para ti, debes considerar algunos factores clave. Estos incluyen:
Es fundamental tener una buena relación y confianza con los copropietarios, ya que estarán compartiendo la responsabilidad de la hipoteca y la propiedad de la vivienda. Es recomendable discutir y acordar aspectos clave, como el mantenimiento de la vivienda, los gastos adicionales y los posibles escenarios futuros.
Antes de optar por una hipoteca compartida, es crucial considerar posibles cambios en las circunstancias personales de los copropietarios. Esto puede incluir matrimonio, divorcio, cambios de trabajo o cualquier otro evento que pueda afectar la capacidad de pago de la hipoteca o la disposición de los copropietarios a seguir compartiendo la propiedad.
Antes de decidir si una hipoteca compartida es la opción adecuada para ti, es importante considerar algunos factores clave. Estos incluyen:
La respuesta a esta pregunta es muy relativa, ya que depende de tu situación, no solo económica, sino personal. Las hipotecas compartidas, aunque no tiene por qué, suelen firmarse entre personas que forman pareja y que, idealmente, van a vivir juntos en esa vivienda.
Si compartes vida con una persona y estáis en búsqueda de una vivienda que vais a pagar entre los dos, una hipoteca compartida puede ser una opción muy interesante, aunque debes recordar que una hipoteca compartida suele generar bastantes problemas en caso de que alguno de los hipotecados desee cancelarla.
No hay requisitos para firmar una hipoteca compartida. Esta puede ser firmada por parejas, familiares, amigos o incluso inversores que desean adquirir una propiedad de forma conjunta.
La cantidad estipulada al firmar la hipoteca. En una hipoteca compartida las cuotas a pagar no tienen por qué ser iguales entre todos los hipotecados.
No, al banco no le incumbe la situación en la que te encuentres con tu pareja, sin embargo, como una pareja casada tiende a ser más estable, es más probable que le concedan una hipoteca que a una pareja no casada.
El porcentaje de propiedad en una hipoteca compartida se determina generalmente en función de la cantidad de dinero que cada copropietario aporta al préstamo hipotecario. Por ejemplo, si dos personas compran una vivienda y uno aporta el 60% del precio de compra y el otro el 40%, sus porcentajes de propiedad serán respectivamente del 60% y del 40%.