El hogar debería ser un santuario de paz y tranquilidad, pero el confort acústico, esencial para esa sensación de bienestar, se ve a menudo perturbado por ruidos indeseados. Esta calidad sonora en un espacio no solo afecta nuestro bienestar cotidiano, sino que su negligencia puede tener impactos más profundos en nuestra salud.
Estudios revelan que una exposición constante a niveles elevados de ruido puede desencadenar estrés, afectar el sueño y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Por ello, más que una simple molestia, identificar y mitigar los ruidos en el hogar se convierte en una prioridad para proteger nuestra salud y calidad de vida. En este artículo te ayudaremos a cómo saber de dónde viene un ruido en casa y qué soluciones hay para acabar con ellos.
Nuestra capacidad para identificar y gestionar el ruido en nuestros hogares comienza por comprender su naturaleza y origen. Los ruidos en el hogar pueden clasificarse en diferentes categorías, dependiendo de su fuente y la forma en que se propagan.
Estos son los tipos más comunes que pueden sonar en una casa:
El ruido aéreo en un hogar hace referencia a aquellos sonidos que se transmiten a través del aire desde una fuente externa y penetran en el interior de la vivienda. En entornos urbanos o áreas densamente pobladas, este tipo de ruido es una de las principales quejas de los habitantes. Se manifiesta en varias formas, como el estruendo del tráfico, las conversaciones de las personas en la calle, ladridos de perros, música alta de vecinos, eventos cercanos o sirenas de emergencia, entre otros. Estos sonidos, al transmitirse a través del aire, pueden infiltrarse en nuestras casas a través de ventanas, rendijas, puertas y, en ocasiones, incluso paredes.
Estos también incluyen los sonidos producidos por actividades recreativas como parques, estadios o zonas de ocio, así como ruidos provenientes de establecimientos comerciales, aeropuertos o estaciones de tren. La magnitud del problema puede variar según la hora del día, la localización del hogar y la época del año.
Para combatir el ruido aéreo, una de las soluciones más efectivas es el uso de ventanas de doble o triple acristalamiento, que proporcionan un aislamiento acústico eficiente. Además, sellar correctamente puertas y ventanas, instalar cortinas pesadas, usar paneles acústicos y emplear barreras vegetales, como setos o árboles, también pueden ayudar a reducir la entrada de este tipo de ruido al interior de la vivienda.
El ruido de impacto se refiere a aquellos sonidos generados por golpes o vibraciones que impactan directamente sobre una parte de la estructura del edificio, transmitiendo ese sonido a través de la misma. Es un tipo de contaminación acústica que, a diferencia del ruido aéreo que viaja por el aire, requiere de un contacto físico para su propagación. Esto significa que el sonido se propaga a través de los materiales de construcción, haciendo que, en muchos casos, se sienta tanto como se escucha.
Cómo saber de dónde viene un ruido en casa no es fácil. Por eso, te concamos algunos ejemplos típicos de ruido de impacto: el sonido producido al arrastrar muebles por un suelo, el taconeo de zapatos, saltos o caídas de objetos pesados. En edificios de varios niveles, es común que los residentes de pisos inferiores experimenten este tipo de ruido proveniente de los pisos superiores, especialmente en edificios con una insonorización deficiente.
Para combatir el ruido de impacto existen diversas soluciones dependiendo de la fuente y la intensidad del ruido. El uso de suelos flotantes o la instalación de paneles de aisalmiento acústico puede reducir significativamente la transmisión de sonido entre pisos. Asimismo, colocar alfombras o moquetas puede actuar como amortiguadores de sonido, minimizando la vibración y el ruido. En zonas particularmente problemáticas se puede recurrir a soluciones más estructurales, como el refuerzo de techos o la incorporación de materiales absorbentes en paredes y suelos.
El ruido estructural se refiere a aquel sonido que se origina a partir de vibraciones generadas por las instalaciones y sistemas propios del edificio. A diferencia del ruido de impacto, que se produce por actividades humanas o eventos externos, el ruido estructural suele ser el resultado del funcionamiento normal de ciertos equipos o sistemas integrados en la estructura de la vivienda o el edificio.
Ejemplos comunes de ruidos estructurales incluyen las vibraciones y sonidos emitidos por sistemas de calefacción o refrigeración, ascensores en movimiento, bombas de agua, calderas, o incluso tuberías que conducen agua u otros fluidos. Estos ruidos pueden variar en intensidad y frecuencia, y en muchos casos, se perciben como zumbidos, chirridos o golpeteos constantes. Aunque algunas veces estos ruidos son apenas perceptibles, en otras circunstancias pueden llegar a ser extremadamente molestos, especialmente si la infraestructura del edificio es antigua o si no ha sido adecuadamente insonorizada.
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Para tratar el ruido estructural, lo primero es identificar la fuente exacta del problema. Una vez identificada, se pueden aplicar soluciones específicas. Por ejemplo, si el ruido proviene de una caldera, podría ser necesario realizar un mantenimiento, cambiar piezas defectuosas o incluso reemplazarla. En el caso de ruidos producidos por tuberías, el uso de sujeciones antivibratorias o el aislamiento de las mismas puede reducir las vibraciones. Si el ruido proviene de sistemas más grandes, como un ascensor, es posible que se necesite una revisión técnica o la implementación de medidas de insonorización en áreas específicas del edificio.
El ruido blanco, en términos de acústica, es un sonido constante y uniforme que contiene todas las frecuencias audibles para el ser humano en igual medida. Se asemeja al sonido del aire soplado o al zumbido suave y continuo. Aunque a primera vista, cómo saber de dónde viene un ruido en casa pueda parecer dificil, el ruido blanco tiene propiedades singulares que pueden ayudar a mejorar el confort acústico en un hogar.
En el contexto doméstico, el ruido blanco puede provenir de fuentes naturales o de dispositivos específicos. Ejemplos naturales incluyen el zumbido de un ventilador, el sonido de un aire acondicionado en funcionamiento, o el murmullo de una pecera. Sin embargo, existen dispositivos diseñados específicamente para emitir ruido blanco, como máquinas de sonido o aplicaciones móviles, que ayudan a las personas a dormir, estudiar o concentrarse.
Este tipo de sonido tiene la capacidad de enmascarar o camuflar otros ruidos que pueden ser más disruptivos o molestos. Actúa como un velo sonoro, creando un fondo acústico constante que minimiza la percepción de picos de ruido, como un ladrido repentino o el sonido intermitente de un electrodoméstico. En habitaciones donde el silencio es esencial, como dormitorios o áreas de estudio, el ruido blanco puede ayudar a mantener una atmósfera calmada y propicia para el descanso o la concentración.
Cuando se trata de ruidos molestos o persistentes en el hogar, tratar de entender o cómo saber de dónde viene un ruido en casa es el primer paso para encontrar una solución efectiva. A continuación, se detallan algunos métodos que pueden ayudar a determinar de dónde provienen estos sonidos no deseados:
Antes de tomar medidas más drásticas, simplemente escuchar y observar puede ser una herramienta invaluable. Establecer la hora del día en que los ruidos son más prominentes. ¿Ocurren durante la noche, la mañana o son constantes? Además, intente identificar desde qué dirección o parte de su hogar parecen emanar. Acércate a diferentes áreas, coloque su oído contra paredes, ventanas o pisos para tratar de localizar el ruido con más precisión.
Después de registrar estos detalles, es aconsejable ponerse en contacto con tu seguro de hogar para tratar de ayudar a identificar patrones y posibles causas. Además, es importante consultar si las reparaciones necesarias están incluidas dentro de la póliza contratada y conocer las medidas adecuadas para su resolución.
Gracias a la tecnología moderna, hay una serie de aplicaciones para smartphones diseñadas para medir y analizar el ruido. Dispositivos especializados como sonómetros, pueden ofrecer una lectura precisa de los niveles de decibelios y ayudar a determinar la naturaleza y posible origen del ruido. Si bien no son tan precisos como el equipo profesional, pueden proporcionar una buena indicación inicial.
En contextos de edificios o zonas residenciales, un simple diálogo con los vecinos puede ofrecer mucha claridad. Puede que ellos estén causando el ruido sin darse cuenta o, por el contrario, puede que también lo estén experimentando y tengan alguna idea de su origen. La colaboración vecinal puede ser una forma eficaz de identificar y solucionar problemas de ruido.
Si después de intentar los métodos anteriores el ruido persiste y su origen sigue siendo un misterio, puede ser el momento de considerar la contratación de un experto. Un acústico o un arquitecto especializado tiene la formación y las herramientas necesarias para evaluar el problema de manera exhaustiva. Realizarán mediciones precisas, identificarán las vulnerabilidades acústicas de su hogar y ofrecerán soluciones específicas para mitigar o eliminar el ruido.
El ruido indeseado en el hogar no solo puede perturbar nuestra paz y tranquilidad, sino que también puede tener impactos negativos en la salud. Por fortuna, existen múltiples medidas preventivas y soluciones que pueden ayudarnos a combatir y controlar estos ruidos. A continuación, se detallan algunas de las medidas para cómo saber de dónde viene un ruido en casa:
Los vicios ocultos en una vivienda pueden ser responsables de ruidos inesperados. Ya sea debido a instalaciones defectuosas, materiales de construcción de baja calidad, fisuras en la estructura, mal aislamiento de ventanas o puertas, equipos defectuosos o problemas estructurales más profundos.
Se puede usar la observación y localización en diferentes momentos del día, utilizar aplicaciones de medición de ruido o incluso consultar con expertos en acústica.
Dependiendo de la fuente del ruido y el tipo de construcción, se pueden usar materiales como espumas acústicas, lana de roca, placas de yeso laminado o ventanas de doble acristalamiento.
Generalmente, las obras públicas tienen horarios regulados. Si te afectan fuera de esos horarios, puedes consultar con las autoridades locales o con la empresa encargada de la obra.