La importancia de las deducciones fiscales a la rehabilitación de viviendas radica en su capacidad para impulsar la actualización energética de los inmuebles en España, alineándose con los objetivos nacionales de sostenibilidad y eficiencia energética. Estas medidas fiscales no solo facilitan una transición ecológica al promover mejoras en el rendimiento energético de las viviendas, sino que también representan un incentivo económico para los propietarios, fomentando así la inversión en tecnologías más verdes y eficientes. Este enfoque estratégico subraya el compromiso del país con la reducción de su huella de carbono y la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos.
Las deducciones fiscales en rehabilitación de viviendas son incentivos económicos ofrecidos por el gobierno para animar a los propietarios a mejorar la eficiencia energética de sus inmuebles.
Estas medidas abren la puerta a ahorros significativos en los impuestos de los contribuyentes que decidan embarcarse en proyectos de rehabilitación energética. También alinean los intereses particulares con los objetivos ambientales más amplios del país.
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Implementando mejoras que van desde la instalación de sistemas de calefacción y refrigeración más eficientes hasta la mejora del aislamiento térmico, los propietarios pueden disminuir notablemente el consumo energético de sus viviendas. Este enfoque no solo resulta en un beneficio directo para el medio ambiente mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también mejora la calidad de vida de los habitantes y aumenta el valor de las propiedades.
Actualmente, existen tres tipos de deducciones fiscales en la rehabilitación de viviendas en España. Te contamos cuáles son los detalles de cada una.
Las deducciones por reducción de la demanda de calefacción y refrigeración se centran en promover la implementación de mejoras en viviendas que logren una disminución significativa en la necesidad de energía para climatizar los espacios. Con una deducción del 20% sobre las inversiones realizadas, estos incentivos están diseñados para alentar a los propietarios a adoptar tecnologías y soluciones constructivas que optimicen el aislamiento térmico y la eficiencia de los sistemas de calefacción y refrigeración. Este enfoque no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también representa un ahorro económico a largo plazo para los habitantes de la vivienda, al reducir el consumo energético y, por ende, los costes asociados a este.
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La ampliación de estas deducciones hasta diciembre de 2025 subraya el compromiso del gobierno con la mejora continua de la eficiencia energética. Al requerir una reducción mínima del 7% en la demanda de energía para calefacción y refrigeración, se establece un umbral claro que garantiza que solo los proyectos con un impacto tangible en la reducción del consumo energético sean recompensados.
La deducción por mejoras en el consumo de energía primaria no renovable incentiva la realización de obras que logren una reducción del consumo de energía primaria no renovable de al menos un 30%, o que mejoren la calificación energética de la vivienda hasta alcanzar las letras "A" o "B". Esto fomenta la adopción de tecnologías limpias y eficientes, reduciendo la huella de carbono de las viviendas y promoviendo un entorno más sostenible. Los propietarios pueden deducirse un 40% de los costes, hasta un máximo de 7.500 €. Favoreciendo así la inversión en mejoras significativas de la eficiencia energética.
Esta deducción facilita una transición hacia un uso más consciente y responsable de los recursos, marcando un paso importante hacia el cumplimiento de los objetivos de economía de la energía a nivel nacional y global, demostrando el compromiso de España con la innovación y la sostenibilidad en el sector de la vivienda.
Las obras de rehabilitación energética general en edificios residenciales se centran en mejoras que impactan de manera integral la eficiencia energética del conjunto del edificio. Esta deducción fiscal, la más ambiciosa, ofrece un incentivo del 60% sobre los costes de rehabilitación que logren reducir en un 30% el consumo de energía primaria no renovable o que mejoren la calificación energética hasta alcanzar las letras "A" o "B".
El incremento en la eficiencia energética de los edificios no solo beneficia al medio ambiente mediante la reducción de la dependencia de fuentes de energía no renovables y la disminución de emisiones de gases, sino que también mejora la calidad de vida de sus habitantes. Además, revaloriza las propiedades al actualizar su infraestructura a estándares más altos de sostenibilidad y eficiencia, alineándose con los objetivos de la deducción fiscal rehabilitación vivienda en promover un parque inmobiliario más moderno y eficiente.
Para ser elegibles para las deducciones fiscales por rehabilitación de viviendas en España, los proyectos deben cumplir con varios requisitos esenciales:
Para solicitar las deducciones fiscales por rehabilitación de viviendas, sigue estos pasos:
Es recomendable consultar con un asesor fiscal o directamente con la Agencia Tributaria para obtener información detallada y actualizada sobre el proceso de solicitud.
Después de rehabilitar una vivienda antigua, se pueden aplicar distintas deducciones en el IRPF según el tipo de obras realizadas. Principalmente, las reformas orientadas a la mejora de la eficiencia energética.
Las cantidades máximas que se pueden desgravar varían:
Estas deducciones aplican bajo ciertas condiciones y plazos establecidos por la ley.
En tu vivienda habitual o en cualquier otra de tu titularidad que tengas arrendada para uso como vivienda o en expectativa de alquiler, siempre que en este caso, la alquiles antes de 31 de diciembre de 2025.
En las viviendas, plazas de garaje y trasteros que sean de tu propiedad y que se encuentren en edificios de uso predominante residencial.
En tu vivienda habitual o en cualquier otra de tu titularidad que tengas arrendada para uso como vivienda o en expectativa de alquiler, siempre que, en este caso, la alquiles antes de 31 de diciembre de 2025.
Necesitarás facturas de las obras, contratos con empresas de rehabilitación y el certificado de eficiencia energética actualizado.
Sí, siempre que la vivienda se destine al alquiler como residencia habitual.